12 de octubre de 2009

El ciego, Amor (ULTIMA ACTUALIZACION #2 14-10-09)

Siempre ha sido más fácil para ti ¿no?, Eres el príncipe de las apariencias. Políticamente correcto, socialmente aceptado, una verdadera monedita de oro… Si entre mujeres te encuentras eres un hombre formidable, tierno, sensible pero sin caer en extremos, maestro de la seducción. Aunque claro siempre cuidando no excederte para mantener esa reputación sin macula que te antecede. ¿Sabes? Ahora que lo pienso los humanos no somos tan distintos de los perros. Para aparearnos no olemos los traseros de los otros evidentemente, pero si averiguamos cuanto nos es posible para imaginar sí el buqué será una gozosa invitación o una aberrante afrenta. No dejamos de ser bestias que buscan sobrevivir en un mundo brutal, machos alpha, hembras beta, engranes todos de una maquinaría voraz que avanza con o sin nosotros. Este complejo mecanismo es llamado vida, tan bien diseñado por la madre naturaleza que incluso es posible la existencia de exóticas variantes. La raza humana, tan curiosa, tan frágil, tan absurda. Andan todos ellos buscando algo llamado sentido a algo que ni siquiera conoce el lenguaje S E N T I D O, ¿A quién chingados se le ocurrió esa palabra? Bueno, eso es lo de menos si pensamos que la cruel naturaleza se divierte viendo como nos inventamos cosas… Dios, Mundo, Realidad, Vida, Sentido… ¡Amor! Si, si el mismo causante de tantísimas controversias, muertes, guerras, felicidades, en fin, uno de los grandes motores de esta mundo. Pero como todo lo tocado por el hombre es imperfecto, el amor también ha llegado a corromperse. Hoy día es más una prostitución verbal seguida de compras, cine, regalos, autos, dinero, dinero, puro pinche dinero. ¿Qué queda para los que salimos de la norma? Migajas, lastima, consuelos y muchísima autocompasión. ¡Hay que chingarse!

De improvisto una ráfaga de viento trajo consigo un aroma conocido. Capaz de colapsar instantemente la diatriba que construía solo frente al espejo. Sus ojos cubiertos por finas nubes blancas miraban de frente sin ver nada. Petrificado ante ese aroma, el sonido de unos finos tacones atravesó el salón dirigiéndose justo detrás del. La candente fragancia europea mezclada con su fina piel era casi irresistible. ¿Qué hacia ahí justo esta noche?

Es extraño pero cuando no hay luna, las calles del centro histórico tienden a ser silenciosas. Tanto que a través de la ventana abierta no se escuchaba absolutamente nada. Una noche perfecta para amar o morir, quizás ambas.

Confundido y sin palabra alguna, cierra sus ojos para profundizar más en ese aroma. El sonido de los tacones es cada vez más fuerte, el aroma se intensifica afirmando la presencia de aquella bella dama.

De pronto siente unos brazos deslizarse por sus hombros… un beso, un dulce y sutil beso en el oído derecho le hace desear no tener tantos hilares sobre su cuerpo… le sigue un susurro femenino deseando una buena noche: “decidí venir a visitarte, espero no estar muy formal para una simple visita, pero no sabía que estabas a punto de salir”. Ninguna razón pasa por su mente, confundido por la situación no podrá dar explicación alguna de su salida que con días de anticipación hizo con la esposa de su cliente. Solo quedo dar media vuelta y mirarla de frente. “¿Muy formal? Si vienes de gala, ¿acaso tienes algo planeado?” Dice él, sudando de nerviosismo ya que él también se encuentra vestido con lo que la sociedad llamaría de clase.

Instantáneamente se ve él tomado del rostro por unas finas manos cubiertas por suaves y sedosos guantes de color rojo. “Sabía que no lo olvidarías, estaba preocupada toda la tarde por tu ausencia en mi teléfono, no sabía si en verdad te acordarías que hoy es nuestro primer aniversario de noviazgo.” Prometiste invitarme a disfrutar una cena, que en su momento dijiste, jamás olvidaría. Entonces decidí tomar la iniciativa al venir a tu casa y ahora veo que no lo pasaste por alto”. Ella lo mira fijamente a los ojos mientras acerca sus finos labios color carmín.

Completamente nervioso, él estructura con mucha rapidez su respuesta aunque no llega
ninguna totalmente adecuada para el momento. Decisiones… ¿por qué son tan difíciles? La vida engendra muchas situaciones que nosotros no podemos controlar, en ocasiones uno tiene que tomar la iniciativa de lastimar a las personas involuntariamente, y este es el preciso momento, esta noche llena de paz y tranquilidad se torna de una angustia extasiada. A pesar de tener un título profesional después de muchos estudios, lecturas y aprendizajes, ¿cómo es posible que se borrara por completo de su memoria una fecha tan importante? Ahora solo queda romperle el corazón a esta preciosa, bella y esplendida mujer o dejar plantada a aquella mujer que a pesar de estar casada con su cliente tiene suficiente energía que entregar, tanto tiempo que está dispuesta a derrochar en fantasías que jamás el podrá experimentar con alguien más.

La noche se torna un poco más fría, la delgada cortina vuela hacia dentro del salón dentando la presencia del viento, pequeñas ráfagas de luz que provoca el nulo transito atraviesan la ventana con lentitud, una tras otra… aun mas silencio.

El la mira a los ojos con mente desorbitada sin llegar a alguna conclusión, el nerviosismo le provoca la inexactitud en su respuesta así que decide tomar mas tiempo tomándola ligeramente del bello e inocente rostro y arrancar cierta pasión y sensualidad conducido por un beso, un beso que para ella significa un éxtasis en su amor hacia el… una ilusión… su ilusión. La mente despabila cierta niebla y revoluciona más rápido que cualquiera. “No quiero perder… a ninguna de las dos” el arranca con posibles soluciones para su conveniencia. Una caricia sumada en la fina espalda y cintura acercando su sublime cuerpo al suyo mientras ella se aferra al cuello incrementando el calor de la habitación. “claro, solo así se podrá…” en cuanto menos lo espera su tierna mujer lo separa de sus brazos empujándolo tierna y lentamente. “ Amor, termínate de arreglar para poder irnos, que estoy ansiosa de tan linda noche” lo dice con tanto entusiasmo que se logra a denotar un ligero rocío de felicidad en sus parpados combinado con cierto romance femenino. Sorprendido y abrumado de tanto pensar el solo continua con la solicitud de la presente dama… su mujer.

Tras pasar el tiempo la pareja sale del recinto masculino, La noche ilumina las calles con frías caricias, sin mostrar preocupación alguna el llama a un taxi levantando la mano apropiadamente y con clase sostiene de mano en brazo a su dama, en cuanto el vehiculo llego arriba hacia la locación de la pareja, el abre la puerta como todo un caballero para que ingrese su señorita el cual ella responde con gesto sublime “Gracias mi amo…” de pronto las palabras fueron arrebatadas por un candente beso que podría derramar demasiada pasión en conjunto de un abrazo tan sutil y tan candente que la deja totalmente anonadada y en total silencio del goce por tal inesperado acto. “Te amo mi nena”. Ella solo contesta con una caricia en la mejilla de tal seductor mirándolo con gran ternura y lujuria, da vuelta para subir al auto que el chofer los esperaba, al cerrar la puerta solo queda en la calle una cínica sonrisa mientras el rodea el por la parte trasera del coche para subirse a un lado de aquella presa. Al instante siguiente solo se escucha alejarse las llantas del auto rodar sobre asfaltos inundados de esta gótica ciudad.

Seducción… Como ya lo he dicho, el punto exacto es saber como ganarte hasta las mas minima caricia de las mujeres, solo tengo que hacer una llamada, en estos momentos podría estar ya con ella… ¿A dónde podríamos haber ido? Tal vez estaríamos en aquel hotel donde al entrar a la habitación inauguramos el ambiente de caricias, ¡nuevas todas ellas!, besos que fluyeron con cierto temblor de inocencia que compartíamos de cuerpos nuevos, conforme fuimos entrando las caricias se incrementaban en su totalidad al igual que el medio ambiente que juraba empezar un invierno con chimenea cerca… Tropezamos lentamente con una pequeña mes de centro, al voltear vi un pequeño recibidor de dos plazas el cual lo usamos posteriormente de muchas formas, de momento me senté en la pequeña mesa sin separar su alto y bien formado cuerpo, lo cual ella se poso sobre mi fusionando sus piernas con las mías. Fuimos dos fieras ya que en muy pocos momentos dejamos descanso alguno, caricia tras caricia, cada vez llegando a zonas que ni el viento roza por las ropas.

1 comentario:

  1. El siguiente escrito salio gracias a un amigo denominado rey choco que propuso el proyecto llamado contratiempo, el cual la historia se deformo en coherencia y así fue cancelado.

    Retomo las primeras dos partes de tal historia la cual la primera pertenece al rey choco, y continúo la historia que es proveniente de mi eterna mente.

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